Tipología de cooperación: cooperación internacional
Beneficiario: vecinos de los barrios informales de Maputo
Lugar: Distrito Municipal de Ka-Nlhamankulu, Maputo, Mozambique
Derecho al hábitat en Maputo
Acceso al derecho de uso de la tierra y hábitat digno en los asentamientos informales.
Actualmente, en Maputo cerca de 75% de la población vive en barrios informales sin servicios
o con servicios limitados, en casas poco adecuadas y la gran mayoría no tiene ningún título que
acredite su derecho de uso de la tierra.
Contexto social, cultural geográfico
Los barrios informales de Maputo aparecieron en la época colonial pero durante la guerra
(1975-1992) y en los años posteriores cuando se acentuó el éxodo rural, fueron colmatándose.
El origen informal de estos barrios, que acogieron y aún acogen a inmigrantes del mundo rural,
implica que el modelo habitacional predominante es unifamiliar. Sin embargo las altas
densidades que se han alcanzado debido a la posición privilegiada de estos barrios han
desencadenado una situación crítica con unas condiciones de insalubridad e inseguridad
(inundaciones por suelos saturados, saneamiento precario, incendios, etc.) incentivadas por la
falta de infraestructuras y precariedad de lo construido.
El centro urbano, dotado de infraestructuras, heredado de la época colonial, está colmatado y
existe un déficit de viviendas accesibles para una población de clase baja e incluso media que
se ve sistemáticamente expulsada a la periferia de la ciudad. Tras la independencia de
Mozambique se estableció la propiedad estatal de la tierra para limitar la especulación. El
Estado emite DUATs (Derechos de Uso y Aprovechamiento de la Tierra) que en la práctica son
equivalentes a nuestros títulos de propiedad. No obstante el origen informal de la ocupación
de la tierra en las ciudades provoca que muy pocos vecinos dispongan de títulos sobre los
terrenos que ocupan.
El Municipio de Maputo tiene todavía unos recursos escasos frente a la magnitud del problema
y aunque ya se están aprobando Planos Parciales de Urbanización para algunos de estos
barrios informales la realidad es que éstos no llegan a implementarse. Esto crea una situación
de parálisis en los barrios en los que existe un planeamiento urbano que anuncia cambios pero
éstos no llegan a beneficiar a la población (quien no sabe además si invertir en mejoras de sus
viviendas o no). Además, la falta de parcelación y el tejido urbano actual sumamente
desordenado y denso dificultan un desarrollo futuro de los asentamientos informales si no es a
través del “borrón y cuenta nueva”.
El crecimiento económico del país y de Maputo, unido a la falta regularización del uso de la
tierra y la precariedad del hábitat facilitan la llegada de inversores privados, promotores que
negocian la transmisión de la tierra para sustituir el tejido urbano informal por condominios
residenciales para clase alta con densidades muy bajas creando una lógica de expansión
urbana sumamente desigual y poco sostenible. Estas negociaciones entre privados
(inversores/pobladores) son claramente desiguales y la población se encuentra desprotegida y
vulnerable frente a este nuevo agente del mercado informal de la tierra. Se genera un proceso
de expulsión de la población quien recibe compensaciones económicas insuficientes y sin
alternativas de realojo.
Existen también conflictos relacionados con el uso de la tierra cuando se realizan
transmisiones de terrenos (en herencias y compra-ventas informales) en las que la falta de
documentos o registros de la ocupación perjudica siempre al más débil. En el tema de los
derechos sobre la tierra las mujeres están en inferioridad de condiciones ya que se considera
que la casa pertenece al hombre lo que hace más vulnerable su posición en caso de
transmisión del terreno.
Estrategia y desarrollo del proyecto
Frente a esta situación de vulnerabilidad y de precariedad del hábitat, la estrategia de trabajo
identificada va en la línea de facilitar y fomentar mecanismos para la atribución de DUATs en
los barrios informales. La atribución de DUATs es una vía eficaz de empoderar a la población y
de defenderla frente a los procesos urbanos especulativos que puedan darse. Con otras
alternativas, como pueden ser la mejora de las infraestructuras o de las condiciones
habitacionales, se corre el riesgo de mejorar las condiciones de vida en unos barrios de los que
al final se acabará expulsando a la población a barrios periféricos, cada vez más alejados del
centro urbano, reforzando así las desigualdades sociales.
Trabajar por el empoderamiento ciudadano y promover que desde la población se llevan a
cabo iniciativas de este tipo da respuesta simultáneamente a la vulnerabilidad de la población
y a la falta de recursos de las estructuras municipales para la gestión de un problema de esta
envergadura.
Ana Cubillo